El jueves 9 de diciembre de 2010, mi amigo Pablo Capdevila y yo Daniel Lafuerza nos animamos a hacer una excursión por la Peña Montañesa, nuestra intención era encontrar la Faixa Toro, pero no habíamos ido nunca.
Sin madrugar demasiado, salimos desde Aínsa a las 9 y media de la mañana más o menos, con destino San Victorián para comenzar la caminata. Tras aparcar el coche en la Ermita del Pilar que se encuentra entre Oncins y San Victorián, empezamos a andar sobre las 10 de la mañana, por la senda que sube a la Peña Montañesa a 1050 metros de altitud. Era un día con niebla prieta, cuando ascendimos un poco, echando la vista atrás vimos un impresionante mar de nubes bajo nuestros pies, solamente se veía la silueta del Monasterio de San Victorián y bajo él todo nubes. Pablo supo tomar una instantánea digna de tan magnífica vista.
San Victorián en brumas.
Sin detenernos demasiado para admirar el fenómeno, solamente hicimos un par de fotos y continuamos subiendo a buen ritmo, recuerdo que Pablo decía que 100 metros de desnivel cada 10 minutos, era un buen ritmo según él.
A medida que íbamos cogiendo altura nos preguntamos dónde estaría el desvío para tomar la Faixa d’o Toro, esperábamos desviarnos antes, pues desde nuestra posición, la faja iba quedando más abajo. No fue hasta la cota de 1550 metros donde lo encontramos. Después de una hora larga desde que salimos, fue cuando vimos en una roca en el suelo una pintada con “spray” de color rojo que decía: toro izquierda, peña derecha. Habíamos encontrado el desvío.
Desvío Faixa d’o Toro.
Sin dudar lo más mínimo, seguimos la senda poco marcada, que nos guiaba gracias a mojones de piedras y puntos rojos con el mismo “spray”. Los primeros pasos desde tomar el desvío fueron prácticamente horizontales, sin ninguna dificultad, pero pronto llegamos a la cortada. La cosa se ponía más difícil. Había que descender por una barranquera bastante vertical con mucha vegetación, que nos ayudó a tener agarres para poder descender sin caer al suelo. A pesar de ello, nos dimos varios culetazos sin trascendencia, y pronto volvimos a encontrar la senda más marcada.
Tras haber descendido un centenar de metros aproximadamente, tocaba volverlos a ascender, esta vez ya por la faja, bastante ancha en este tramo, y sin posibilidad de pérdida. La subida se hizo algo pesada, había un pedregal típico de la Peña Montañesa en el que das un paso hacia delante y retrocedes medio, pero no desistimos y acabamos el tramo más pedregoso. Justo al acabar la pedrera, escuchamos ruidos de algún animal entre unos bojes y matorrales. No pudimos alcanzar a verlo, pero se debía tratar de algún jabalí o algún sarrio. Antes de tomar el desvío habíamos visto uno a lo alto asomando elegante su silueta y dejando a Pablo tomarle una fotografía lejana.
Sarrio en la Peña Montañesa.
Una vez ya en la faja, más horizontal, que se aprecia perfectamente desde Aínsa, continuamos el camino sin dificultad. Las vistas eran espectaculares, la niebla comenzaba a desaparecer y dejaba tras de sí el fondo del Valle del Cinca y La Fueva. Quedaba un día bastante claro y sin brumas. Pronto fue cuando Pablo con buen criterio miró el reloj, era medio día. Debíamos parar para poder regresar con tiempo. Avanzamos hasta encontrar el paso más estrecho de la faja que habíamos recorrido. Y allí decidimos parar reponer algo de fuerzas, echar un bocado acompañado de la bota de vino. Nos sentamos en una roca saliente desde la cual admiramos unas maravillosas vistas mientras comíamos algo.
Al principio de la Faixa.
Tras el almuerzo, había que deshacer la senda. No costó mucho llegar hasta la barranquera, que tuvimos que ascender con mucha menos dificultad que el descenso. Enseguida llegamos al desvío de la Peña y descendimos a buen ritmo llegando al coche a la una y media. Como no llegábamos a comer a casa, dimos una vuelta por el Monasterio de San Victorián para ver las obras y regresamos a Aínsa. Cuando bajamos con el coche no pudimos evitar parar en vario puntos para ver dónde nos habíamos quedado. Lo cierto es que no recorrimos mucho de la faja, pero nos prometimos volver con más tiempo para hacerla entera, hasta la canal. Que esperamos poder volver a contaros.
Daniel Lafuerza Solana.
Monasterio de San Victorián.
Mar de nubes.
Pablo y vistas de San Victorián.
Daniel en Faixa.
Daniel señalando Aínsa.
Peña y Faixa desde San Victorián.
Cajigar en la Ermita del Pilar.