Con un tiempo bastante benigno con los participantes, que ya tocaba, se celebró ayer sábado 10 de marzo la cuarta salida de las organizadas este año entre el C.A.S. y el Club Nabain, en esta ocasión al Tozal de Asba desde Paules de Sarsa.
Fuimos una treintena los animados senderistas, más un juguetón perro “setter irlandés” de Paules, los que iniciamos la excursión, sobre las 9 horas de la mañana, en un camino que se coge entre los pueblos del citado Paules de Sarsa y Santa Maria de la Nuez, al lado del puente sobre el río Vero (850 metros de altitud).
Se trata de un PR muy bien señalizado y acondicionado, que va ascendiendo poco a poco por un bonito pinar hasta el cuello de Paules, dentro de la sierra de Rufas, con una duración aproximada hasta este lugar de hora y media-dos horas. Después de otra media hora de ascensión habiendo cogido trazado a la izquierda del collado sin macar y bien acompañados de erizones, llegamos al Tozal de Asba (1431 metros), sobre las 11 horas de la mañana.
Lástima del fuerte viento existente en la cima, que no nos permitió mas que hacer las fotos de rigor y disfrutar un poco de las vistas, pues se trata de un espléndido mirador de todo el Alto Sobrarbe y del Pirineo, con sus cumbres más emblemáticas, de izquierda a derecha y de menor a mayor altitud, Comachibosa (Vignemale), Monte Perdido, Lardada (Posets) y Aneto, así como de las sierras y macizos interiores, Peña Canciás, Monte Nabain, Sestrales, Castillo Mayor, Punta Llerga, Peña Montañesa, Cotiella, Turbón, etc, además de la Peña y Castillo de Surta, que los tuvimos siempre enfrente de nuestras narices.
Después, buscamos abrigo en el prado, balsa y casa de pastores de Asba, debidamente resguardados del aire al lado de un “buchar”, para hacer un pequeño descanso y reponer fuerzas para terminar la caminata. Previamente, en la cima de Asba, habíamos consensuado el hacer el camino de regreso por Betorz y así no repetir el camino de subida, aunque ello nos iba a incrementar el recorrido total en hora y media más. Sobre las 14,30 horas y pasadas sobre tres horas desde el punto de descanso, llegamos al punto de partida.
Aunque la mayoría de participantes se marcharon a sus puntos de destino, media docena nos quedamos a comer en Paules con las “viandas” y bocadillos que habíamos traído para la ocasión, bien acompañadas con un riquísimo tinto Somontano Merlot aportado por nuestro amigo Oscar. Y para terminar la jornada nos acercamos al refugio-albergue “El Condor” a tomar los consiguientes cafés, donde fuimos muy bien atendidos y agasajados por Cecilia y Dany.
José Maria Lafuerza