Un año más, tras nuestros viajes a Picos de Europa, Picos de Urbión, Selva de Irati, y Río Mundo de Albacete, tocaba nuevamente salir de Aragón, en esta ocasión para pasar unos días disfrutando de la Sierra de Gredos.
Con puntualidad aragonesa llegamos el jueves 29 de junio a las 14.30 horas a Hoyos del Espino un grupo de socios y socias del Club Nabaín y Club Atlético Sobrarbe. Una comida con productos de la tierra nos “cargó las pilas” para lo que nos venía por delante, el desplazamiento en coche a la Plataforma (1.750 metros de altitud).
Desde este punto nos quedan recorrer 7 kilómetros a pie y salvar los 450 metros de desnivel positivo acumulado hasta el refugio de la Laguna Grande de Gredos, anteriormente de Elola (1.950 metros), acompañados desde el comienzo como vigías, por cabras hispánicas, que de una u otra manera estarán presentes durante estos días.
En la última hora del recorrido, ya descendiendo hacía el refugio, sufrimos las inclemencias del tiempo, una fría lluvia que empapó las mochilas y nuestra ropa más de lo deseable.
El hospedaje, la cena, el posterior guiñote Boltaña-L’Aínsa, nos llevó hasta la hora de acostarnos casi como “piojos en costura”.
Tras haber descansado (en modo refugio), comenzamos el viernes 30 desayunando a las 7.30 en una mañana fría y con boira, tras una noche de lluvia incesante. Sobre las 8 horas empezamos la ascensión a nuestro objetivo más inmediato, el pico Almanzor (2.592 metros), techo de Gredos. Ascensión corta y 600 metros de desnivel a través de un terreno pedregoso que nos llevó hasta Portilla Bermeja (2.416 metros), en donde algunos miembros de la expedición tomaron la decisión de no seguir el ascenso, que se realizó en los últimos metros con sumo cuidado por la verticalidad y dificultad del mismo, con algo de nubes que nos impidieron disfrutar en todo su esplendor de la fabulosa vista, lo que no restó ni un ápice de emoción a quienes hicimos cima.
El descenso hasta el refugio, donde comimos, y posteriormente hasta la plataforma, se realizó con normalidad y nubes amenazantes que finalmente no descargaron agua.
Desde allí recorrimos en los coches los 46 kilómetros de descenso hacia Arenas de San Pedro en la vertiente sur de la Sierra de Gredos, donde la ansiada ducha en nuestros hostales nos sentó de lujo. Antes de la cena tuvimos la gratificante sorpresa de recibir la visita de dos socios portugueses del CAS, Teresa y José Augusto, que se acercaron desde Setúbal para sumarse a los hasta entonces 17 participantes de nuestros clubes CAS de Aínsa y Nabaín de Boltaña.
Estrenamos mes con un frugal desayuno a las 7.30 para posteriormente comenzar el ascenso a La Mira (2.343 metros) por los Galayos, desde el concurrido aparcamiento de la plataforma Nogal de Barranco (1.130 metros), con un tiempo espléndido, cielo despejado y agradable temperatura, para ascender a la cima y salvar los 1.243 metros de desnivel a través de un cómodo camino hasta la proximidad del refugio de Victory (1.995 metros) donde realizamos un breve descanso.
Desde allí un empentón final que tras una hora de ascenso vertical nos llevará a la cima, la cual nos deparará unas vistas espectaculares hacia los cuatro puntos cardinales, y otra sorpresa, un rebaño de cabras hispánicas que nos acompañará durante el almuerzo y “posarán” para fotos realmente espectaculares.
El descenso se realizará sin dificultades y con temperaturas ya más propias de estas fechas, quedando citados para la cena de despedida que pondrá de manifiesto una vez más el buen ambiente y armonía que reina en este tipo de viajes montañeros.
El domingo, después de desayunar, emprendemos el viaje de regreso con los objetivos ampliamente cumplidos y con diversas propuestas sobre la mesa para el viaje montañero por la Península de primeros de julio del próximo año.
César Ceresuela
CAS/Nabaín