Para el día 11 de junio teníamos programada una excursión por la Faja de la Tormosa situada en el Valle de Pineta. Se trata de una faja herbosa que por encima de los acantilados de las Paredes de Pineta y a una altura media de 1.900/2.000 metros discurre entre la cascada del Cinca y el collado de Añisclo, es decir, por la margen derecha del río Cinca. Las vistas son excelentes con magníficas perspectivas del valle, el Circo de Lalarri y las vecinas cumbres, desde el pico de Pineta hasta Robiñera. La senda está bien marcada, pero hay que caminar con atención, ya que hay tramos bastante estrechos con precipicios considerables y se cruzan varios barrancos que con nieve pueden ser muy peligrosos.
Además para cruzar la cascada del Cinca hay que atravesar una pasarela metálica que solo colocan en verano. Este año, por las fuertes y tardías nevadas registradas en la zona el río lleva mucho caudal y todavía quedan muchos neveros por lo que la dirección del parque no ha colocado todavía la pasarela y mantienen la senda cortada.
Por ello hemos decidido modificar la salida por otra excursión en la misma zona para acercarnos a los Ibones de La Munia o de La Larri (2.530 metros) desde la fuente de Petramula (1.920 metros) con un desnivel y duración de la caminata muy parecidos a los de la prevista a la Faja de la Tormosa.
Para acceder en vehículo nos dirigimos a Bielsa y luego a Chisagües. Pasado este núcleo seguimos una pista que discurre por la margen izquierda del río Real y que llega hasta la Sierra de Liena donde antiguamente se explotaron unas minas de plomo. Nosotros llegamos hasta la denominada fuente de Petramula (1.920 metros) donde la pista, después de recorrer unos 7 Kms., gira bruscamente a la derecha abandonando la margen del río. La pista que hemos ascendido es el GR-11 y en este punto continúa por la izquierda hasta Pineta a través de La Estiva.
Aparcados los vehículos en una pequeña explanada 15 compañeros de los clubes CAS y Nabain comenzamos la caminata siguiendo unos 50 metros por la pista principal para tomar un sendero a la izquierda marcado con un panel que indica “Glaciar de La Munia”. Después de superar un pequeño espolón, entramos en el valle del barranco del Clot de los Gabachos que desciende del Collado de las Puertas. Lo cruzamos y enfilamos un amplio zig-zag en la otra orilla, la derecha, que discurre más o menos paralelo al barranco.
Un poco más arriba, gira a la izquierda y definitivamente se aparta del torrente serpenteando por las laderas de hierba que caen desde el pico del Chinipro que está a nuestra izquierda. Hay un breve rellano donde accede una senda que viene de la Estiba, pero nosotros seguimos cuesta arriba hacia la derecha. La hierba desaparece y empiezan las pedreras hoy salteadas por algún nevero.
Seguimos ascendiendo hasta un pasaje desde el que ya se divisa al fondo a la izquierda el Collado de las Puertas y descendemos un poco hasta una estrecha vaguada (2.465 metros). A partir de aquí la nieve cubre totalmente el camino. A la derecha se tomaría el camino hacia el Pico Robiñera, pero nosotros continuamos por la izquierda para ascender hasta el citado Collado de las Puertas (2.533 m), desde donde el Circo Glaciar de la Munia formado por los dos Ibones de La Munia o de La Larri ofrecen todo su esplendor.
A fecha de hoy todavía están cubiertos de nieve y apenas se ve algo de agua en las orillas. Al fondo se observan el collado y cresta de la Munia (con su famoso paso del gato) y la Peña Blanca que cierran el valle y a la derecha el Robiñera nos observa desde la altura.
Glaciar y cara norte Puntón de Treserols (Mont Perdu) desde cerca Ibón inferior. JML
Para completar la excursión rodeamos todo el circo en el sentido contrario a las agujas del reloj parando a almorzar en la parte más alta de la cubeta del segundo ibón. Posteriormente nos asomamos al desagüe de los ibones y en este punto el grupo se partió en dos. Uno optó por alargar la jornada y realizó una ruta circular descendiendo hasta los Llanos de La Larri para allí retomar el GR-11 que sube de la ermita de Pineta, asciende al paraje denominado La Estiva y vuelve a descender hasta Petramula. El otro grupo descendió hasta Petramula por el camino de la subida.
La jornada nos deparó varias anécdotas. Primera: por la mañana a la altura del Hospital de Tella nos encontramos con un numeroso rebaño de ovino que subía a pastar a los prados de montaña y nos originó un retraso de una media hora. Segunda: en Bielsa había una concentración de moteros que realizaban diversas pruebas de orientación y precisamente uno de los puntos de control estaba en Petramula por lo también nos cruzamos en la pista con bastantes de ellos. Y tercera: al terminar la excursión comimos en la fuente de Petramula y nuestro amigo José Marí se dio cuenta que se había dejado la bolsa con las viandas encima de una piedra en los ibones donde habíamos almorzado.
José Ramón Monclús
CAS-Nabain