Ruta por los pueblos del bajo Ara
Los clubes de montaña CAS y Nabaín inician 2023 con un recorrido circular por Margurgued, Sieste, Guaso y el Tozal de la Sierra
Una amplia red de senderos recorre esta zona uniendo caseríos, pueblos, fuentes, montes, ermitas y otros espacios que han sido fundamentales para la vida de sus habitantes durante siglos
En la plaza de Margurgued, alrededor de la hoguera -todavía encendida- de la fiesta de San Antón, nos reunimos en la mañana del pasado domingo 45 personas de distintas localidades de Sobrarbe y de otros lugares de Aragón, para participar en la excursión por los pueblos y senderos del bajo Ara, que organizaban dos de los clubes de montaña de esta comarca: Nabaín y CAS. El calor de la ‘chera’ fue el presagio de la estupenda jornada que íbamos a disfrutar.
Salimos, entre muros de piedra seca y campos blanquecinos por la helada, por el camino que desde la “Venecia de Sobrarbe” lleva a Guaso. Atravesamos con cuidado el río Sieste sobre piedras barnizadas por el hielo y remontamos el ‘caixigar’ que nos lleva a la ‘plana’ de Tollar. A la altura de la ermita románica de las Viñas (siglo XII) enlazamos con el camino real, todavía empedrado a tramos,que en el siglo XIII unía dos puntos clave de este territorio: el monasterio de San Beturián y Buil. En esta primera parada Mikel, uno de los vecinos, nos explica el patrimonio que reúne este rincón de Guaso, que se completa con un cementerio medieval. Tras aprender un poco de nuestra historia atravesaremos esta bella localidad, por los barrios de L’Arrabal y Samper, recorriendo calles, callizos y sendas que unen sus casas dispersas.
Seguimos, entre quejigos, carrascas y pinos, por algunos de los caminos de la densa red que ha sostenido la vida durante siglos en este territorio -y que hoy sigue practicable gracias a la labor de vecinos y voluntarios-. Una suave pero prolongada ascensión nos lleva, acompañados por el sol, al punto culminante de la jornada, el tozal de la Virgen de la Sierra (960 m). Esta cumbre que destaca en la divisoria de los ríos Ena y Sieste, ha sido un importante punto de encuentro para muchas poblaciones de Sobrarbe. En torno a su ermita, y a la casa aledaña, en la que todavía vivía el santero en la primera mitad del siglo XX, se han venido juntando, cada 8 de septiembre, en una romería que hoy sigue viva, las gentes de una veintena de pueblos y caseríos de los antiguos municipios de Guaso, Buil (Bruello, Gabardilla, Urriales, Sarratillo, La Ripa, La Lezina, Sarratiás, La Capana, Puibayeta,…) o Sieste (Latorrecilla, Morcat, Puymorcat, Luparuelo, San Belián, La Valle o Margurgued), hoy todos integrados en Boltaña o en Aínsa-Sobrarbe.
Tras visitar la ermita -gracias a la amabilidad de los vecinos de Latorrecilla- y de almorzar en los bancos hechos por los distintos pueblos para la comida y fiesta de las romerías, continuamos por el filo de la sierra observando los numerosos enclaves, protegidos por las cumbres de Crapamote o La Cuasta, que han habitado las gentes de esta tierra para aprovechar sus recursos.
En el cruce donde enlazan los caminos que van a Gabardilla, San Belián y Sieste giramos hacia el noreste para dirigirnos a esta última localidad por la Cruz del Monte. Recorremos la loma de Mondebueno, bajo cuya cumbre (866m.) encontramos las ruinas de la ermita de San Dionisio, desaparecida durante décadas, oculta por la vegetación, hasta que se recuperó el camino que pasa junto a ella. Descendemos por un bonito pinar que nos ofrece dos alternativas para dirigirnos al pueblo. Tomamos la que sube más al Oeste, bajando hasta el río y llegando a Sieste en el Cuello, donde confluyen los caminos de Campodarbe y de Boltaña -y el muy popular de La Madalena-. Los dejamos todos atrás para adentrarnos en este cuidado pueblo-mirador, en el que haremos aprecio al avituallamiento que nos han preparado Teresa y Alegría, que nos hace olvidar la amenaza de la lluvia que nos ha acompañado en el último tramo.
Abandonamos su plaza, junto a las antiguas escuelas y ayuntamiento -que fue también el frontón del pueblo-, encarando la última parte de la ruta. Dejamos en el ‘esbarro Torno’ nuevos caminos que van a Mondebueno y a Guaso; y tomamos el de Margurgued, que pasa entre la ermita de San Vicente donde -dice la tradición oral y también algunos historiadores- hubo un antiguo poblado- y la fuente de Sieste -que descansa entre ‘caixigos’ acompañada por su lavadero, su abrevadero y su ‘basal’-. Pasado el ‘camping’ un recto trazado entre muros nos lleva hasta hasta Margurgued. Allí, en la hoguera, junto a los vecinos, recuperamos fuerzas asando tortetas, longanizas y otras viandas de distintas localidades de la ‘redolada’. Han sido algo más de 5 horas de marcha y convivencia, y entre 13 y 14 kms y entre 550 y 700 metros de desnivel, dependiendo del “gepeese” que consultes.
Juan Rodríguez Bielsa