¡Por fin juntos de nuevo!

El domingo 14 retomamos las salidas del ChiquiCAS, ¡¡Qué ganas teníamos ya!!

Después de dos años, pese a que la previsión parecía que no iba a acompañar mucho y habiendo tenido que posponer varias veces la convocatoria, 15 montañeros del ChiquiCAS de Sobrarbe nos fuimos a disfrutar del otoño al Valle de Chistau. 

Quedamos en Aínsa con una niebla espesa que no motivaba mucho pero que se fue disipando conforme subíamos hacia el valle. Una vez en Viadós, el viento de Norte hizo dudar a parte de la expedición de que fuéramos a conseguir nuestro objetivo. Teníamos casi 800m de desnivel y 12 km por delante.

Como el viento venía del Norte, estuvimos protegidos prácticamente toda la actividad por las laderas de El Salobre mientras ganábamos metros subiendo por la Ribereta en medio del bosque. Que además estaba precioso.

Al llegar al cruce con el barranco de Las Tuertas, el viento nos azotó un poquito pero ya estábamos cerca y una vez salimos de allí, seguimos protegidos prácticamente hasta el Ibón de Millares (2.353m)

El ritmo de estos pequeños tiene poco ya que envidiar al de los mayores, madre mía, cómo caminan ya! También es cierto que pensar en que a la bajada te espera un chocolatito caliente motiva a grandes y mayores. ¿A qué sí?

Fue increíble, disfrutamos del bosque aún otoñal con un ambiente semi invernal, viendo cascadas de hielo ya casi formadas en el camino, adivinando la nieve en las cotas más altas hasta que, ya llegando, la pisamos. Lo justo para darle emoción a nuestra ascensión sin preocuparnos por nuestra seguridad. Lo justo para lanzar algún proyectil de nieve a los que venían por detrás y arrancar algún carámbano de hielo que chupar por el camino (¿¿quién no lo ha hecho alguna vez??) 

Sentimos el frío al principio, el sol en la cara, algo de nieve ligera cayendo y por fin la calma.

Somos unos suertudos, caminar por un Parque Natural que, como les explicamos, lo es por ser un lugar “especial” que hay que proteger, descubrir que en él hay más de 90 ibones y que eso significa que visitamos las huellas de antiguos glaciares, probar el agua que sabe a hierro en una “fuente” donde los quebrantahuesos van a bañarse, descubrir que a veces las rocas se pintan de “naranja” por algo más que casualidad, ver un pollo de quebrantahuesos sobrevolar nuestras cabezas bien cerquita o una pareja al terminar la excursión son sólo algunas de las cosas increíbles que pueden pasarte “saliendo ahí fuera”.

Y luego está, claro, eso de COMPARTIR chistes, historias reales o fantásticas, anécdotas varias de pequeños y mayores. COMPARTIR almuerzo, un buen chocolate y, sobre todo, tiempo de montaña aprendiendo a querer el lugar en el que vivimos.

Pues eso, que somos unos suertudos!!

Gracias a todos por venir!! Nos vemos en Febrero!!

ÁLBUM DE FOTOS DE LA SALIDA SENDERISTA DEL CHIQUICAS

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