Que unanimidad tuvimos todos al finalizar la excursión en agradecer a José Miguel Cheliz que hubiera pensado en esta didáctica salida montañera, aunque al final no pudiera participar por asuntos familiares.
Es todo un lujo el visitar este complejo minero de Liena, y comprobar como a pesar del tiempo pasado desde su utilización para la extracción de minerales (hierro, plomo y plata entre otros), más de 80 años, se encuentra en tan buen estado de conservación, como la tubería y estación del cable Luisa, construidos ambos con el hierro producido en las minas, cuya calidad tenía reconocimiento internacional, así como de otros elementos como el canal soterrado para el conducto de la bajada de agua desde el principio del valle de Barrosa, para la producción de la electricidad necesaria para todo el complejo minero.
Dadas las dificultades existentes de transporte hacia el Sur por la falta de carreteras u otros medios, existió también otro cable, el “Transpirenáico”, que iba desde el final del cable Luisa hasta el puerto de Salcorz, para después ser llevado el mineral a la estación de ferrocarril de Arreau (Francia).
Dadas las dificultades existentes de transporte hacia el Sur por la falta de carreteras u otros medios, existió también otro cable, el “Transpirenáico”, que iba desde el final del cable Luisa hasta el puerto de Salcorz, para después ser llevado el mineral a la estación de ferrocarril de Arreau (Francia).
Sobre las 9,30 horas de la mañana comenzamos nuestra excursión J.J. Capdevila, Ines Estop, Angel Vidal,Cesar Ceresuela y José Maria Lafuerza, habiendo dejado aparcado nuestro coche en las inmediaciones del antiguo Hospital de Parzán, tomando el camino que lleva al valle y circo de Barrosa.
Después de habernos instruido de los paneles informativos que sobre las minas hay en el camino(a los 15 minutos aproximadamente), nos desviamos a nuestra izquierda al sendero que nos debía conducir a la mina Luisa, muy cerca del cable que servía para el transporte de las vagonetas con mineral desde la mina hasta la base, para su lavado y posterior tratamiento.
Es una senda preciosa, muy bien señalizada, que se adentra en un extraordinario pinar y después de hora u hora y media de paseo y habernos tropezado en el camino con una víbora de mas de medio metro, el camino se tornó un poco más aéreo, pero con inmejorables vistas al valle de Tringoniero, Punta Fulsa y Punta Suelza, la Pinarra, etc., habiendo podido ver también algunas vagonetas colgadas en el cable y llenas del mineral que se debió cargar hace quizás mas de medio siglo.
Después de casi cuatro horas de ascensión y de haber avistado un buen número de sarrios en el barranco de Liena, llegamos a la cantera de la mina Luisa, en donde todavía queda un bonito edificio y bien conservado del transformador de electricidad para la subida del cable.
A poco mas de la mitad del camino de bajada repusimos fuerzas con los bocadillos y demás viandas que habíamos traído, y después de haber tenido ante nuestras narices otro sarrio que iba solo (suponemos que debía estar enfermo) por el bosque antes mencionado, llegamos a nuestro punto de partida sobre las 4 de la tarde, no sin antes comentar que aunque todos íbamos provistos de cestas por si se terciaba coger alguna seta, no vimos mas que un par, cuya clase no acabamos de identificar, durante todo el camino.
Después de habernos instruido de los paneles informativos que sobre las minas hay en el camino(a los 15 minutos aproximadamente), nos desviamos a nuestra izquierda al sendero que nos debía conducir a la mina Luisa, muy cerca del cable que servía para el transporte de las vagonetas con mineral desde la mina hasta la base, para su lavado y posterior tratamiento.
Es una senda preciosa, muy bien señalizada, que se adentra en un extraordinario pinar y después de hora u hora y media de paseo y habernos tropezado en el camino con una víbora de mas de medio metro, el camino se tornó un poco más aéreo, pero con inmejorables vistas al valle de Tringoniero, Punta Fulsa y Punta Suelza, la Pinarra, etc., habiendo podido ver también algunas vagonetas colgadas en el cable y llenas del mineral que se debió cargar hace quizás mas de medio siglo.
Después de casi cuatro horas de ascensión y de haber avistado un buen número de sarrios en el barranco de Liena, llegamos a la cantera de la mina Luisa, en donde todavía queda un bonito edificio y bien conservado del transformador de electricidad para la subida del cable.
A poco mas de la mitad del camino de bajada repusimos fuerzas con los bocadillos y demás viandas que habíamos traído, y después de haber tenido ante nuestras narices otro sarrio que iba solo (suponemos que debía estar enfermo) por el bosque antes mencionado, llegamos a nuestro punto de partida sobre las 4 de la tarde, no sin antes comentar que aunque todos íbamos provistos de cestas por si se terciaba coger alguna seta, no vimos mas que un par, cuya clase no acabamos de identificar, durante todo el camino.
José Maria Lafuerza
