Foto de grupo de los 15 montañeros en la salida de "el suel de la baixada". Fotógrafo Antonio Vila.
“Tras las huellas del ganado”
Así podíamos llamar a esta ruta que transcurre por la cara norte de las Peñas de las Diez, las Once y Mediodía. Cumbres calizas pertenecientes al voluminoso macizo de Cotiella y que, como podemos adivinar por su nombre, forman un colosal reloj solar natural en el Valle de Chistau.
Esta es la excursión que realizamos el pasado domingo, programada en el calendario de salidas del CAS y del Nabain.
En el collado de la Cruz, con las peñas de las diez y las once al fondo.
Cuando miramos a primera hora de la mañana desde abajo, a muchos les parece mentira que se pueda transitar por aquellas paredes y canales. Pero sí, ahí está el paso. Itinerario mítico y cargado de historias para los habitantes de Plan. Sin marcas, carteles, ni siquiera mojones. Se trata de la “pasada” que ovejas y cabras usan desde tiempos lejanos, de los prados de “Puyalfá” sobre el Collado de la Cruz hasta los pastos del Ibón de Plan o viceversa. Sorprendentemente lo realizan solas a su “criterio” y voluntad, siguiendo un patrón de conducta y una información transmitida entre generaciones.
Según nos cuentan, un pequeño burro también hizo el recorrido en una ocasión, aunque tuvo que ser cogido en brazos entre cuatro hombres en un paso clave.
Nosotros nos encontramos este precioso ejemplar, aunque huidizo.
Tras quedar en la entrada de Plan, nos desplazamos con dos furgonetas durante 6 kms por la pista forestal al Puerto de Sahún, hasta el lugar conocido como “el suel de la baixada” (el final de la bajada), a 1600 metros de altitud. Allí se tomo un sendero “PR” que se adentra por un vallecito y en 15 minutos alcanza el Collado de la Cruz a 1710 m de altitud, divisoria de aguas al Ésera.
Ascendiendo entre prados y "chinebros".
Parada en el "campo raso"
Desde aquí las únicas señales a seguir van a ser los rastros del paso del ganado, siempre hacia el oeste. Ascendemos entre pino negro al “campo raso” que en la actualidad se encuentra invadido de “chinebros” por la importante disminución del pastoreo. Seguimos ascendiendo entre claros y bosque hasta la cota 2000, abriéndose ante nosotros los amplios pastos de “Puyalfá”; amplio balcón sobre el valle. Ahora el perfil de la ruta se suaviza, iniciando la larga travesía hacia el Ibón. Unos minutos más y almorzamos en la fuen de Puyalfá, único punto de agua en toda la zona.
El momento de reponer fuerzas en la fuen de Puyalfá.
Respuestas las fuerzas nos dirigimos llaneando hacia un lugar especial. El escondido antiguo circo glaciar entre las peñas de las Once y Mediodía, de verticales paredes a cuyos pies se desparraman importantes morrenas; grandes amontonamientos de piedras y grava semipoblados de pino negro. Anfiteatro natural, donde el silencio casi se escucha.
El antiguo circo glaciar entre las peñas de las Once y Mediodía.
Tras cruzarlo, se asciende un fuerte repecho que salva el contrafuerte que cierra el circo. Allí se halla un magnífico mirador de 1800 donde divisar de Monte Perdido a las Maladetas, con el Valle de Chistau a nuestros pies. Inmejorable.
La majestuosidad del valle, desde el Mirador.
Alberto, Eva y Rebeca en el Mirador.
A partir de aquí nos adentramos por el tramo más técnico. Estrechas fajas sobre el precipicio atravesando las aristas y canales que descienden de la Peña Mediodía, manteniendo la cota de 2100 m. de altitud. Es conveniente no detenerse mucho por aquí, dada la posibilidad de desprendimientos.
Un trozo del "camino".
Avanzando entre bloques de piedra.
Después un terreno de caos de bloques de piedra que dificulta seguir el camino correcto, para llegar a la “planeta”. Pequeña pradera tras la cual volvemos a introducirnos en el bosque. El itinerario va girando hacia el sur, bordeando la montaña y descendiendo suavemente hasta las praderas sobre el Ibón de Plan.
Foto de grupo de los 15 "caminantes" en el siempre precioso Ibón de Plan.
Otra foto de grupo, de Enrique Navarro.
Tras una corta parada y foto, todos hacia Plan por el conocido camino que desciende junto al barranco del Ibón.
Aún pudimos disfrutar de bonitos colores otoñales ern la bajada del Ibón.
En total:
• 16,5 kms de recorrido.
• 6 horas de actividad.
• 500 metros de subida.
• 1050 metros de descenso.
Y una estupenda comida en “La Capilleta” de Plan. Muy recomendable.
Alberto Bosque
La mejor manera de terminar la "caminata". La fotórafa Lourdes.
Imagen en 3D con la ruta efectuada. Alberto Bosque